Incluso si está ligeramente sobrecocinado, proseguirá siendo firme pero especial y suculento. Siempre cocino el lenguado con piel pues tiene un aspecto muy agradable con la carne blanca expuesta, sutilmente chamuscada por toda esa mantequilla, con alcaparras salpicadas por todo el plato. Y la piel del lenguado de Dover no es muy agradable de comer, ni siquiera para los conocedores de la piel crocante del pescado como yo.
Ponemos la plancha a calentar y cuando esté lista ubicamos en ella los lenguados rociados con aceite y salando con unos cristales de sal. Raspamos un tanto su piel pero no la quitamos, se hace mejor con ella. Síguenos en Flipboard para descubrir nuevas recetas, actualidad sobre nutrición y gastronomía y nuestras revistas llenas de ideas y recetas para todos. Frecuentemente, cuando lo hacemos con prisas y sin precaución, cualquier pescado puede quedarnos seco o un poco insípido.
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En tres minutos aproximadamente, la piel se suelta y despega del fondo. Cuando el pescado se logre dar la vuelta o desplazar con facilidad, es el instante de ofrecerle la vuelta para terminar de cocinar la parte de la carne. Aquí, nos caben dos posibilidades, dependiendo del grosor del filete de pescado. Mientras que sazonamos el pescado, vamos calentando la plancha, carmela o sartén, levemente cubierta con un poco de aceite de oliva virgen extra. En el momento en que el aceite esté a máxima temperatura, es el momento de poner el pescado por el lado de la piel abajo y dejar que se cocine.
El lenguado a la plancha con limón admite multitud de guarniciones, según nuestras necesidades o deseos. Si buscamos añadir hidratos, le va realmente bien la patata cocida levemente aliñada con buen aceite y mucho más limón, o algo de arroz integral o quinoa. Entonces ponemos una sartén a fuego medio – fuerte con unas gotas de aceite de oliva y luego introducimos el lenguado en el transcurso de un par de minutos por cada lado. Si bien es cierto, el tiempo de cocción va a depender del tamaño del lenguado.
Calentar una plancha antiadherente con algo de aceite de oliva a fuego medio. El pescado a la plancha tiene fama de aburrido, pero es una técnica de cocina infalible para elaborar ejemplares de calidad que sean sabrosos y frescos. Tiene la ventaja añadida de la rapidez de preparación, por lo que una receta como este lenguado al limón es perfecta para una cena entre semana. Saludable, rápida y rica en proteínas de calidad, lista en 20 minutos, o menos.
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Para realizar la salsa, pica la cebolla y el ajo y dóralos en una sartén con un chorrito de aceite. Sin tocarlo, dejamos que el lenguado se vaya cocinando y, en el momento en que observemos que se levantan la cola y la cabeza un tanto, ya va a ser el instante de ofrecerle la vuelta. Con ayuda de una espátula, vamos rascando hasta el momento en que el pescado se separe de la plancha. A la parte del pescado que todavía está por arriba, le agregamos un poco de aceite del que poseemos en nuestra bandeja y, ahora, y le ofrecemos la vuelta al lenguado. La clave del pescado a la plancha está en hallar un buen producto con lo que, si tienes la fortuna de poder conseguir un buen lenguado, ahora te voy a contar de qué manera conseguir que te quede perfecto cocinado a la plancha.
Tenemos la posibilidad de emplear sal y pimienta, solo sal o la combinación de condimentas y de hierbas aromatizadas que más nos guste. En casa hacemos los pescados de mil y una formas, como he comentado en el blog; pero esta elaboración que les traigo hoy fue siempre mi favorita. Pedir los lenguados limpios en la pescadería, sin la cabeza, con la corla recortada y sin la piel.
Preparación Y Paso Por La Plancha
Tire los restos de la sartén, límpiela rápidamente y ponga un trozo de mantequilla sin sal. Un pescado que pesa en torno a 1 lb 500 g, probablemente precisará un tiempo de cocción de unos 6 minutos por cada lado. Tras los primeros 6 minutos, déle la vuelta al pescado, úntelo con un poco más de mantequilla y prosiga la cocción. Prepare la carne como he descrito y, con un cuchillo afilado, lleve a cabo un par de cortes en forma de diamante en la piel blanca. Sazone con algo de sal y pimienta y úntelo con mantequilla derretida sin sal. A fin de que se pegue a la plancha podéis poner una gotita de aceite en cada esquina y antes de poner el pescado, barnizar levemente el papel con una brocha de cocina.
Receta De Lenguado Entero A La Parrilla Con Mantequilla De Limón Y Alcaparras
Hay una serie de trucos que, aunque pueden parecer evidentes en el momento de hacerlo, es importante matizarlos en la elaboración de este plato. Asegúrese de que su parrilla está ahora muy caliente y ponga el pescado bajo la parrilla, con la piel blanca hacia arriba. Si tiene el género de parrilla en la que el calor proviene de la parte de abajo, como en una parrilla de carbón, ponga el pescado con la piel blanca hacia abajo. Mantenga el radical fino del pescado -o sea, la cola- mucho más distanciado del calor para que no se seque antes que se cocine el radical más abultado de la cabeza. Puede comprar el pescado sin piel en el autoservicio o soliciar a su pescadero que lo lleve a cabo, pero mondar un lenguado de Dover es en realidad bastante simple. No hay que desplazar el pescado ni intentar moverlo hasta el momento en que la piel se haya dorado.
Esto también asiste para eludir que la piel se enrosque y se encoja por los lados abarquillando el pescado. Si los filetes son finos, los cortes no son precisos, si bien no incordia hacerlos. La cuestión es que en dependencia de quién vaya a comer el pescado o de de qué forma se vaya a elaborar, la piel debe dejarse o no. Por poner un ejemplo, si vamos a freír el lenguado al estilo pescaíto frito del sur, lo mejor es dejar la piel. Así el lenguado queda mucho más entero y perfecto y, además de esto, la piel cruje y queda buenísimo. El punto está en que quitemos las escamas bien a fin de que no nos molesten al comer.