Lo habitual es que como sucede con las crepes o las tortitas, la primera no salga bien pero entonces van a ir saliendo sin problema. Trituramos en el vaso de un robot de cocina o una batidora fuerte adjuntado con el diente de ajo, la cebolla, las hojas de cilantro y de perejil y el comino. Agregamos la harina de garbanzos, reservando un par de medidas de cuchara para cubrir la base de una fuente, la levadura y salpimentamos. Trituramos de nuevo hasta conseguir una mezcla homogénea. Dejamos reposar en el frigorífico durante 30 minutos. Formamos pequeñas bolitas del tamaño de una nuez y las colocamos en la fuente con la harina de garbanzos rebozándolas.
Cuando lo tengas, mezcla las patatas ahora hechas con la masa, deja que repose y se integre bien y échalo a la sartén para preparar la tortilla como harías frecuentemente. Para elaborar una tortilla de patatas vegana, los pasos son prácticamente idénticos a en el momento en que preparas una tortilla con huevos. Eso sí, la proporción de mezcla de harina de garbanzo con agua es personal. Cuando ahora haces unas cuantas, puedes permitirte el lujo de preparar la mezcla prácticamente a ojo. Sin embargo, aquí te dejaré la receta con la que puedes ir comenzando y que variarás a tu manera.
Precalentar el horno a 220º y engrasar una bandeja o fuente rectangular de unos 40×25 cm. Verter la masa, intentando que quede homogénea y sin grumos. Añadir por encima orégano y queso al gusto. Hornear unos minutos, o hasta que se haya dorado bien.Vigilar a media cocción, pinchando con un palillo si la masa se hinchara.
Agregamos un vaso de agua muy fría y removemos con las varillas. Dejamos que repose en la nevera durante 30 minutos. Agregamos un chorrito mucho más de agua fría y volvemos a batir.
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Calentar a fuego medio una sartén o plancha antiadherente y engrasar tenuemente con aceite de oliva virgen extra. Repartir pequeñas porciones de masa, bien separadas y haciendo un trabajo en tandas; como unos cuantos cucharaditas. Cocinar unos 3-5 minutos a fuego medio, observando bien que no se quemen.
Incorporar las harinas, la almendra molida, la levadura y la sal, y combinar un tanto. Agregar el chocolate y finalizar de trabajar la masa hasta el momento en que quede homogénea. Tapar con plástico largometraje y dejar enfriar en el frigorífico por lo menos 30 minutos.
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Disponer la harina de garbanzos en un cuenco o jarra con el agua, el aceite de oliva, la sal, la yerba que deseamos bien picada y un golpe de pimienta negra. Combinar realmente bien con unas varillas hasta el momento en que no queden grumos, tapar con un paño y dejar descansar unos 25 minutos. Explotar para preparar los ingredientes del relleno, los sugeridos o cualquier otra combinación. Batir la mantequilla con el azúcar moreno y el azúcar blanco con batidora de varillas hasta tener una textura esponjosa. Añadir el huevo y la esencia de vainilla, y batir un tanto más.
Cocinar cada lado unos cuantos minutos, dando la vuelta con una espátula fina antiadherente, y sacar a un plato. Proseguir hasta terminar con toda la masa, completar con los elementos preparados y servir. La harina de garbanzos no es mucho más que la legumbre seca triturada o molida muy fina que muestra una textura homogénea afín a la de cualquier harina de cereal o fruto seco. Hay diversos tipos, con un grano aproximadamente grueso, a veces mucho más refinada o con un color amarillo más profundo. Hoy, la harina de garbanzos se vende en el supermercado y es un producto tan básico en la despensa vegana como una camisa blanca en un fondo de armario.
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Comprobamos el punto y, si está tierna, la retiramos y dejamos que enfríe. Si no es el caso, la asamos un par de minutos más. Generalmente me ha gustado, una receta rápida y sana. Para mi gusto un pelin sosa pero se la agregué en el plato.
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Puedes usar la harina de garbanzo para realizar una salsa tipo bechamel y utilizarla para pastas, en pastichos o cualquier otra comida. Verás como te densa y queda de un delicioso sabor. Si la imaginación a la hora de cocinar con harina de garbanzo es tu inconveniente, lee este producto hasta el desenlace a fin de que aprendas a hacer exquisitas comidas con esta harina. Hacemos las croquetas de la manera habitual, tomando porciones de la masa con una cuchara y ayudándonos de otra para darles su forma característica. Las pasamos por la mezcla anterior y, después, por pan rallado. Las vamos colocando en una fuente mientras que formamos y rebozamos el resto.
Añadir en el centro 1/4 de la masa, dándole forma redondeada, dejando un espesor de precisamente 1 cm o 1,5 cm. Cocinar con el fuego a media potencia y ofrecer la vuelta con una espátula en el momento en que comiencen a aparecer burbujas. Dorar por la otra cara unos cuantos minutos y retirar.